El nuevo Ministro de Educación Nacional, Alberto Sileoni, respondió a una entrevista de Clarín

"El desafío de mi gestión será bajar la conflictividad gremial"

¿Cuál será el sello distintivo de su gestión al frente del Ministerio?
Me gustaría bajar la conflictividad gremial docente, algo que no logramos en estos años a pesar de la mayor inversión estatal y las mejoras salariales y laborales del sector. No discuto lo lícito y justo del reclamo. Simplemente digo que el Ministerio arregla a nivel nacional y eso no se traduce en acuerdos jurisdiccionales. El Ministerio pacta un piso salarial y tampoco se refleja en una baja de la conflictividad gremial, la más alta de la región a pesar de que en comparación el docente argentino no tiene los peores salarios.
¿Cómo se sale de esto?
Es un tema de organización política y de cultura gremial. En la Ciudad de Buenos Aires hay 16 sindicatos docentes y en Chaco, ocho. No creo que existan cuestiones tan distintas a representar desde tantos lugares diferentes. También se deben pensar de otra manera las paritarias nacionales. Los propios ministros provinciales quieren rediscutirlas porque tal como están no les evitan conflictos. Los gremios también están preocupados por esto. Un buen sello de mi gestión sería poder lograr un pacto para poner bajo un paraguas el ciclo lectivo y hacer sagrado el día de clase.Este año las paritarias se convocaron en febrero.
Para 2010, ¿no deberían adelantarlas para evitar conflictos en el inicio del ciclo?
Ya estamos trabajando en eso para arrancar con la discusión en octubre o noviembre. Debemos escapar de la trampa de marzo porque el resultado es muy gravoso. Antes que nada hay que resguardar el ciclo lectivo. Hay que quitarle crispación a la discusión salarial. Ahora esperamos la reanudación de clases en agosto con la sombra de un nuevo reclamo. Insisto: no discuto lo lícito del reclamo. Pero creo que el paro es una metodología agotada.La actual Ley de Financiamiento Educativo estableció llegar a 2010 con una inversión del 6% del PBI en Educación.
¿Qué propondrá su Ministerio para la nueva ley que se discutirá el año próximo?
Los ministros del Consejo Federal de Educación están pidiendo otros modelos. En principio, yo creo que la futura ley de Financiamiento debería plantear objetivos a 10 años. Otro de los grandes temas de debate pendientes es la ley de Educación Superior que pospondremos hasta 2010.
¿Y en lo pedagógico? ¿Qué perfil busca imprimirle a su gestión?
Sin dudas, la reforma de la secundaria. Es una deuda de este Ministerio y de la sociedad. La Presidenta está muy interesada en apurar estos lineamientos, en instalar este debate y así sentar las bases tras una reforma consensuada y discutida con todos los sectores, como siempre hizo este Ministerio desde 2003.
En concreto, ¿qué se busca con la reforma de la secundaria?
Incluir a los que están afuera porque no hay más tiempo en ese sentido. El 85% de nuestros jóvenes empieza la secundaria, pero nuestra tasa de egreso es baja. Hay unos 400.000 chicos afuera de la escuela. Hay otro problema: los que no se reciben porque les faltan una, dos o tres materias. El año pasado fueron unos 70.000. En especial en los sectores pobres. Así que buscamos incluirlos en una secundaria de calidad, porque sabemos que los que están, reciben una educación insatisfactoria. Así y todo pienso que el mejor lugar para el pibe es la escuela.
En esta reforma del secundario, ¿qué relevancia le da a la formación de los docentes?
Es central. Prueba de que estaban mal preparados es que desde 2009 se agregó un año a su formación que ahora se extiende a cuatro. Pero quiero advertir sobre las generalizaciones: la fotografía del profesor con el preservativo en la cabeza no refleja a todos los maestros. Hay otros, la gran mayoría, que sostienen su autoridad y llegan a los pibes. Debemos trabajar con los que no se han formado bien. Pero también existe la responsabilidad docente de escuchar, entender y valorar a sus alumnos. Por otro lado, trabajaremos para sacar del estereotipo a los pibes. Los jóvenes salen en Policiales, pero no cuando ganan un lugar en una olimpíada internacional de Matemática.
¿Qué otros indicadores educativos le preocupan?
Sin duda, la repitencia en el primer grado. Y, como dije, tenemos un déficit en la secundaria con baja tasa de egresados. Nos preocupa la secuencia repitencia, sobreedad, abandono. En especial, entre los más pobres porque el fracaso escolar los estigmatiza.