Cuando los palos valen más que las palabras

Después de deliberar con la Ministra de Educación Mirtha Romero, el Subsecretario Gustavo Castán y la Subsecretaria Graciela Cigudosa por más de tres horas y plantearle, firme y finalmente, la solicitud de constitución de Mesa de Negociación Paritaria, para comenzar con la discusión salarial y plasmar los temas hablados previamente, comenzó un situación tensa que hubiese podido quedar allanada con un poco de voluntad política. Solicitábamos el día y hora de la reunión pedida. Pusimos nuestra voluntad presentando una nota al Ministro Coordinador manifestándole que aguardábamos su respuesta en sede del Ministerio de Educación.
Pero esta respuesta nunca llegaría. Sí las invitaciones a retirarnos de Castán, el comisario Santillán de Rawson, la fiscal y el comisario formado en humanidades, Aceves.
Por orden de la fiscal, fuimos desalojados. El delito nunca existió, porque lo que hicimos fue permanecer en el Ministerio de Educación a la espera de una respuesta con la manifiesta intención de peticionar y hacer un reclamo gremial.
Pero no hubo palabras o se acabaron y apareció la fuerza del desalojo.
Como ganado arrastrado nos fueron sacando y , finalmente, custodiaron el ministerio.
No podemos decir que no hayamos tenido respuestas: Las tuvimos en forma de uniformes, fuerza, silencio y negación a la negociación.
Todas negativas? No sé. Para desenmascarar, quizás. Para decir: la verdad no es otra que la realidad.
La fuerza, la brutalidad y la negación de otra realidad que no sea la del gobierno, cerró las puertas al diálogo y valieron los palos, que sin duda sentimos todavía, más que las decisiones y las palabras.